He llegado a la fotografía recientemente, en 2010. Fue al año siguiente, debido al nacimiento de mi hijo, cuando me decidí (o más bien me vi obligado) a entrar en el mundo de la fotografía nocturna. Capturar la luz en casi asusencia de la misma es un gran reto, técnicamente muy exigente, quizá por ello me apasionó.
Fruto del esfuerzo, la pasión y la autoformación, en 2014 mi trabajo parecía lo suficientemente maduro en el ámbito de la fotografía de paisaje astronómico. Por ello me embarque en nuevas actividades; fundamentalemente de formación y divulgación. Aunque también ofrezco mi trabajo en forma de copia de autor, o cedo los derechos para su uso en proyectos que me resultan interesantes.
La fotografía nocturna es una rama especialmente técnica que exige además, una buena parte de horas dedicadas a la planificación de la escena, así como al postprocesado de las imágenes.
Pero sobre todo es una fotografía pasional. Has de enfrentarte al mayor de los retos, captar luz donde apenas existe y manejar el equipo a oscuras. Y tener mucha fuerza de voluntad para trasladarte en busca del paisaje perfecto, y luchar contra el frío y el sueño, durante el largo proceso de captura.
Pero el resultado siempre es asombroso, impactante. Esta es una gran recompensa.
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